Vigencia eterna: los famiclones en Argentina

En Argentina muchos la conocemos como la “Family Game”, aunque su nombre original es “Family Computer” y debutó en Japón. Su popularidad en el mercado provocó un aluvión de copias que, en algunos países, se volvieron centrales.

Hoy recorremos la historia de los famiclones. ¿Por qué se siguen vendiendo 42 años después?

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Cuando Nintendo lanzó la Family Computer (Famicom) allá por 1983, no solo cambió (y muchas hasta dirán “salvó”) la industria de los videojuegos, sino que también desató una ola de copias y clonaciones que persiste hasta el día de hoy.

En Argentina –donde la piratería y la eterna inestabilidad económica siempre estuvieron a la orden del día– la icónica Family Game (fabricada por la empresa argentina Electrolab) fue la versión más popular de estos clones, generando un fenómeno que, cuatro décadas después, todavía sigue vigente.

Pero, ¿qué hace que estas consolas continúen vendiéndose como pan caliente a pesar de los avances tecnológicos?

Sin ir más lejos, yo mismo tengo un RetroBoy en casa, una consola portátil de 8 bits que incluye juegos clásicos como Super Mario Bros 3, Tetris, Arkanoid, Battle City, Ice Climber y Space Invaders.

Igualmente aclaremos que el RetroBoy es un emulador portátil, mientras que las famiclones son dispositivos de hardware electrónico diseñados para imitar el funcionamiento y reproducción de juegos diseñados para el NES y el Famicom.

Las razones del éxito

Vale destacar que la tecnología empleada en estos clones sí ha evolucionado a lo largo de los años. Los clones más antiguos tenían una placa de circuito impreso o circuitos integrados de terceros (IC). Los de ahora utilizan diseños de chip único, con un ASIC personalizado que simula la funcionalidad del hardware original, y a menudo con uno o más juegos incluidos.

Hay varios factores que pueden explicar la permanencia de los famiclones en el mercado. El primero y más obvio es su costo accesible y facilidad de producción. En comparación con las consolas de la novena generación (PS5 o la Xbox Series S), estos clones son extremadamente baratos de producir y comercializar.

Con hardware básico y componentes de bajo costo, muchas de estas consolas se venden a precios inexistentes, más en países como el nuestro dónde tener consolas de videojuegos está cerca de ser un bien lujo.

Esto las hace particularmente atractivas para mercados emergentes (y nostálgicos) como el de Argentina. Por qué, sí, somos muy emergentes y también muy nostálgicos.

Y hablando de nostalgia y retrogaming, la generación que creció con la Family Game y la NES ahora busca revivir su infancia a través de este tipo de experiencias. Yo estoy dentro de ese grupo, eh. Hemos hablado en este blog sobre cómo la sencillez de aquellos juegos ochentosos, junto con su dificultad desafiante, sigue atrayendo a jugadores que buscan experiencias más clásicas.


Y es que títulos como Super Mario Bros., Contra y Adventure Island siguen siendo extremadamente populares. Muchas de estas consolas clónicas vienen con cientos de juegos precargados (aunque repetidos en varias versiones, digamos todo), lo que brinda una oferta atractiva sin necesidad de comprar cartuchos adicionales, que cada vez son más difíciles de conseguir.

Por último, tenemos que mencionar que, en muchos países, la NES oficial nunca tuvo una distribución masiva. En Argentina, por ejemplo, la NES original llegó recién en los años 90, cuando ya estaba en declive en otras partes del mundo, dando lugar a la Super Nintendo. Esto hizo que los clones, como la Family Game, dominaran el mercado local.

Los números en Argentina y el mundo

Hablemos de números. Se estima que en Argentina se vendieron más de 3 millones de unidades de Family Game entre los años 80 y 90. En casa tuvimos dos y actualmente uno de mis hermanos todavía las conserva. En China, los clones de la Famicom, como la “Little Tyrant” (Xiao Ba Wang), fueron un éxito rotundo, con millones de unidades vendidas.

En 2016, la NES Classic Edition (que sí es oficial de Nintendo) vendió más de 2,3 millones de unidades en solo 6 meses, demostrando que la nostalgia sigue siendo un factor clave en la industria.

Mitos y verdades de la Family

Quiero cerrar esta nota famiclónica con algunos mitos y verdades sobre la Family Game. El primero es un clásico: ¿soplar los cartuchos hace que funcionen mejor? Esto es absolutamente FALSO. Lejos de ser una solución, soplar los cartuchos solo aceleraba la corrosión de los contactos. Lo correcto es limpiarlos con alcohol isopropílico.

Hay quienes creen que Sega fue más popular en Argentina porque no había clones de SNES. Este es otro mito que se ha desparramado injustamente por los pasillos. Sí hubo clones de la SNES, como la Super NASA, pero la Genesis tuvo más éxito debido a la cantidad de versiones clónicas más económicas (¡cómo olvidar la “Super Senga”!)

La permanencia de los clones de la Famicom no es casualidad. Y menos en un país como Argentina. Representan una combinación de nostalgia, accesibilidad y cultura pop que sigue cautivando a jugadores de todas las edades.

Aunque la tecnología avance, parece que la Family Game (y sus derivados) seguirán encontrando su espacio en el corazón de los gamers. Ustedes, ¿jugaban a la Family Game? ¿Cuáles son sus títulos favoritos? Compartinos tus experiencias en los comentarios.

Quien escribe, los saluda.

Lupa Sívori

Pueden seguirme en Instagram (@viajarleyendo451). También tengo un blog de vicios personales donde hablo de retrogaming, entre otras cosas.