De las portadas al espejo digital
Hubo un tiempo —no tan lejano, apenas una década atrás— en que las revistas de moda eran el villano más fácil de señalar.
Por Matías Guala (@matias_guala)

El dedo acusador apuntaba a esas portadas donde las modelos parecían de otro planeta: pieles sin poros, cinturas imposibles, sonrisas congeladas.
La palabra Photoshop se volvió sinónimo de trampa, de mentira visual.
“Todo retocado”, decíamos, con una mezcla de burla y alivio.
Nos reíamos de las celebridades que necesitaban un diseñador para parecer bellas. Nosotros, los mortales, aún conservábamos el consuelo de la autenticidad. Pero el tiempo, como siempre, tuvo otros planes. Acompañame en este viaje.
Por cierto, por acá podés escuchar la versión podcast de la nota:



